
Juan Esteban. Lopez Garcia
Es entendible que un servicio de comida rápida experimente demoras durante fines de semana, días festivos o periodos de alta demanda. Sin embargo, resulta incomprensible que en días laborales y en horarios de baja afluencia, el local se niegue a atender un pedido, aparentemente por falta de voluntad del personal.
El proceso para solicitar un pedido a domicilio resulta extremadamente frustrante. La comunicación a través de distintos medios es ineficiente; no solo es difícil obtener una respuesta, sino que cuando se logra, es común recibir advertencias sobre problemas recurrentes con la entrega. Esto, claro está, si se llega a obtener una respuesta, pues en muchas ocasiones el chat de WhatsApp del local parece diseñado para evadir los pedidos, dado que ocultan los mensajes vistos, lo que permite que el personal revise los pedidos sin comprometerse a atenderlos. Se ha observado que aquellos pedidos realizados desde ubicaciones más cercanas son atendidos rápidamente, esto puede ser casualidad, pues fue corroborado solo con 5 pedidos distintos, aun así, sugiere que esta práctica podría estar orientada a priorizar pedidos más convenientes para ellos, sin responsabilizarse de aquellos que fueron realizados primero
El trato hacia el cliente es también cuestionable. A menudo, el tiempo de espera en el chat para ser atendido puede extenderse entre 20 y 30 minutos, a pesar de que el personal aparece en línea. No se proporciona ningún mensaje automático que explique la demora, ni una simple advertencia por parte del personal que tome el pedido, un simple mensaje de 2 líneas que explique hay alto flujo y que las respuestas pueden demorar, ya sea que después de este mensaje tarden en volver a contestarte, lo que refuerza la percepción de desorganización o desinterés por parte del equipo encargado.
Aunque este tipo de situaciones podrían justificarse parcialmente en fechas de alta demanda, es evidente que los problemas mencionados ocurren de manera constante, lo que parece ser resultado de una falta de compromiso o una mala gestión interna.
La comida, por otro lado, es buena, cumplen con lo que esperas de un puesto de alitas, razón por la cual puedo adjudicar una segunda estrella, sin embargo, esto no justifica ni amerita la pobre atención al cliente, tan deficiente como ha demostrado ser.
yeferson pino
Las alitas son ricas, pero recomiendo comer en el sitio ya que el domicilio es super demorado y toca cancelarlo y pedir en otra parte
Daniel Arboleda Galeano
El tiempo de demora compensa el sabor de las alas, económicas y deliciosas! Les falta el servicio a domicilio!
Luisa Escobar
El sabor de las alitas bueno, pero sería excelente si el servicio al cliente del personal fuera mejor, quise comer mis alitas aparte de la gaseosa y me indicaron que no lo permitían... Que dificil entender que no a todas las personas nos gusta la gaseosa llena de salsa, no quita nada entregarle al cliente el producto separado. Mejoren el servicio y seguro tendrán una cantidad de público que ni los cambie por nadie más.
Edisson Andres Charry Bustamante
Mi primera experiencia no fue tan buena, pedí un domicilio y me llegó incompleto, después me tocó esperar dos horas más para que ajustaran lo que había pedido y aparte las alas llegaron frías, la salsa de miel mostaza no es tan buena